El pasado 18 de junio la literatura se quedó huérfana de uno de sus grandes escritores, José Saramago nos abandonaba después de una enfermedad crónica, pero moría lúcido y con los ojos bien abiertos, como él siempre había deseado.
Portugués de nacimiento y español de adopción, se trasladó a vivir a Lanzarote, al municipio de Tías, en el año 1991, tras el conflicto que originó en su tierra natal la publicación de su libro “El evangelio según Jesucristo”. Miembro del partido Comunista Portugués desde el año 69, y autor de grandes obras como “Memorial del convento” en el 1982, “La caverna”, en el año 2000, “Ensayo sobre la lucidez”, en el 2004. Ganó el Nobel de Literatura con su novela más conocida, “Ensayo sobre la ceguera”, en el año 1998.
Pero no sólo nos deja un gran escritor, también una persona de una humanidad increíble, que siempre alzó su voz ante las situaciones injustas, sin miedo, diciendo claramente lo que pensaba desde su ideología y desde su corazón. Desde aquí le decimos adiós, su recuerdo estará siempre en sus grandes obras.
Adeus Saramago!
